miércoles, 1 de mayo de 2013

My Berlin Stories 4: The Wall Memorial. El Memorial del Muro.





"Es como si viviéramos en el mismo barrio y de pronto un día te ponen primero una red de púas y luego un muro, quedás vos de un lado y yo del otro", me decía Cecilia mientras mirábamos el muro desde arriba, y pensamos la cantidad de familias y amigos que quedaron separados de esta forma.



El domingo había sol, mucho, y enfilamos para el Este. íbamos en busca del mercado de pulgas de Arkonaplatz que de hecho está cerca del Mauerpark pero mi amiga Alex me había indicado que el primero era más "auténtico".
Pero en el camino nos encontramos con pedazos de muro, y con fotos en las medianeras de Bernauerstrasse y Wollinerstrasse. Las fotos eran impresionantes.

Creo que nunca había pensado en esta historia de esa forma. Como historiadora, el defecto del métier es meterse siempre un poco más en las historias de las personas (o eso es lo que siempre me ha gustado y por eso mi contacto con la antropología también, -¡ya olvidado? hm...-) y estas fotos tamaño gigantes era eso, grandes instantáneas de los años 60, más específicamente del verano del año 1961 cuando el muro apareció y dejó estupefactos a todos.

Las fotos y una serie de paneles conmemorativos mostraban historias de familias que vivían en esa calle, y avanzamos, y había más. Los pilotes de las casas destruidas para construir el muro. Más fotos, de los escapes incluso los subterráneos, durante la época de la construcción cuando la vigilancia se hizo mucho más dura. Mujeres de toda edad, niños y bebes, colgados de arnés improvisados pasando por un túnel al otro lado.





EL recorrido es largo y va explicando como en las calles Bernauerstrasse, y otras calles cercanas al muro se intensificaron las fugas y las manifestaciones en contra del muro del lado Oeste. Muchas familias del Este (más de 2 millones) habían decidido pasarse al otro lado cuando el gobierno de la RDA dio el aviso y la opción, antes de la construcción del muro. Las salidas asustaron  un poco al bloque soviético aumentando el control sobre la población. El muro apareció de un día para el otro y nadie sabía de tal proyecto (parece que ni siquiera la CIA estuvo al tanto). Semejante idea, delirante, surrealista e incoherente, sin embargo trajo consigo unas cuantas tragedias, entre muertes de varios de los que se apuraron a pasar al otro lado como de los primeros que intentaron cruzar la red de púas. 



Las historias van contándose, en grandes paneles y poco a poco vas sintiendo el absurdo y la desdicha como partes de una misma cosa.
Es verdad que en Alemania lo más chocante son los resquicios del terror dejados por el Holocausto, nada puede con eso, con imágenes tan pero tan horrendas.
Pero sin querer comparar horrores de la historia, la aventura del muro de Berlín transmite indignación y cierta consternación si pensamos en la idea de un muro dentro de una misma y sola ciudad divididas por aventuras políticas distintas.



A la mañana cuando preparábamos la salida, le comenté a Ellen, la dueña de casa donde vive Cecilia en Berlín, que iríamos hacia el Este. Le pregunté cómo había sido para ella si podía ir en esa época, si tenía amigos del otro lado. Ellen me contó que cada vez que un berlinés del lado oeste pasaba al otro lado, debía pedir una visa. A veces te la otorgaban a veces no. Debías cambiar dinero (como otro país) y gastar todo en el lado Este porque no podías llevártelo contigo al otro lado. Ellen tenía amigos que iba a visitar a veces. Me contaba que no sólo familias quedaron divididas, lo que es una imagen de las más fuertes en las fotos del Memorial, sino que también había cientos de historias de amor, intentando pasar de un lado o del otro.


Me acordé de un libro que leí hace miles de años de G. García Márquez que se llama "De viaje por los países del este". La famosa cortina de Hierro era descrita como un simple cartel. La imagen que García Márquez mostraba era del absurdo de muchas situaciones cotidianas contrastando con el discurso grandilocuente de la izquierda (digamos latinoamericana) frente al modelo soviético.



Ellen me contó entonces que ella había viajado con un amigo escritor brasileño, que daría unas clases en Varsovia y hacía el viaje por tierra. En la frontera del Muro, el escritor (que era del Nordeste de Brasil donde en general la gente tiene un color de piel más moreno) fue confundido con un turco, pensaron que era espía, lo detuvieron en la misma frontera y Ellen tuvo que lidiar durante mas de un día con la embajada para sacarlo de allí. Consiguieron llegar a Varsovia donde la recepción de los estudiantes fue estupenda (estudiantes de portugués en Polonia, jamás lo hubiera pensado) mientras el profesor local que hacía de anfitrión apenas podía sostenerse y se apoyaba en un gran reloj del mareo alcohólico que llevaba encima...

Estas historias, por momentos kafkianas dan gracia, pero al ver las fotos de familias y leer las historias de cómo una pareja no puede ver a sus padres para su boda (porque del lado Este no los dejan salir), o de como luego mostraban a sus bebés a los parientes que habían quedado del otro lado, por encima del muro es entre ridículo, triste y horrendo de sólo imaginarlo, ni hablar lo que se siente viendo esas fotos...



El Memorial continúa buena parte de lo que era muro en unos pilotes levantados en línea recta por el que se puede ver de un lado y del otro, y deja reservado un tramo tal cual era, que se puede ver desde un mirador. La idea del mirador, es algo muy de la "cultura" del muro, se levantaban varios en distintos puntos de la ciudad para que la gente pudiera pispear a sus familiares o amigos o simplemente "ver" que había del otro lado. Yo ya había visto una foto de uno en Postdamer Platz también.

La foto de Conrad Schuman es estremecedora. Yo no la había visto en este tamaño, de medianera y me conmovió. El salto del soldado a los pocos días de empezar la construcción del muro, parece haber sido espontáneo, según su propia crónica. My nerves were at breaking point," he remembered. "I was very afraid. I took off, jumped, and into the car ... in three, four seconds it was all over."



(tenía los nervios de punta, recuerda, "tenía mucho miedo. Salté y me metí en un coche... en 3 o 4 segundos todo había terminado")

La foto quedó inmortalizada por un fotógrafo que estaba del lado Oeste. Muchos años después cuado cayó el Muro, Conrad Schuman volvió a su pueblo y fue rechazado por parientes y amigos, tratado de traidor. En 1998 y después de una pelea familiar lo encontraron colgado de un árbol, sin carta de adiós.

Las historias de la gente pueden más a veces que miles de datos, eso ya lo sabemos, pero es increíble que aún no haya sido enteramente explotado este tema en la historia alemana, dejando un material de historia oral que acabará poco a poco y si lo hay, ¿donde estan los traductores? Lo más que conseguí saber es de Ingo Schultz un escritor que recrea esos años a la manera kafkiana, entre lo tremendo y lo ridículo del día  a día.

Hay varias películas que vi sobre este tema y que ya me habían conmovido bastante, como La vida de los otros. Pero estar en Berlín viendo estas fotos es como transportarse y me destroza. Pienso en mi hijo, en que ruego siempre que no sufra ninguna guerra ningún delirio más del ser humano hecho mierda.




Los soldados del muro o del muro en construcción tenía la orden de disparar a cualquiera que quisiera pasar el límite. Murieron muchas personas y niños. Cuando cayó el muro algunos de estos soldados confesó haber disparado (como el caso de Peter Fechter, el primero que intentó cruzar con otro amigo, ambos 19 años y uno pasó y al otro lo agarró una bala... las fotos son realmente estremecedoras) y fueron condenados en libertad.
Muchas de las personas que vivían en el Este una vez caído el muro decidieron quedarse a vivir de este lado, muchos dicen que por miedo al cambio... Sin embargo estos barrios van poco a poco gentrificándose como el Prenslauerberg pero quedan aún pequeños detalles: edificios hechos en series, la avenida Karl Marx, y la zona cercana a Alexanderplatz, donde los edificios altos me hicieron acordar al episodio de la Petite Taupe en "la ciudad", que seguramente era una ciudad del este, standarizada. (más sobre la Petite Taupe o Der Kleiner Mulfwurf en alemán en futuro post).



Llegamos a la estación del S-Bahn Nordbahnhof que menciona haber sido una estación fantasma durante esos años. Al parecer los soldados de la RDA vigilaban los andenes al pasar el tren del otro lado (compartían los mismos túneles) porque muchas personas habían conseguido meterse en los vagones y escapar.
Al finalizar el recorrido entramos en la tienda del Memorial, que cuenta con un centro de investigaciones. Allí descubrí una historieta que trata sobre un par de padres que cuentan esos años a sus niños. Voy a buscarla parece que está traducida sólo al francés por ahora.

Esta visita es de las cosas que más me conmovieron de Berlín. Creo que si volviera intentaría explorar aún más este lado de la ciudad y me encantaría conocer más historias de la gente en esos años. Realmente me encantaría aunque sé que debe ser algo aún raro y doloroso y difícil de trabajar.
Dejo el link de una nota del Independent cuando murió Schumman que me gustó mucho. Aquí

Más del Este en el próximo Post Stay Tunned. Las fotos son mías pero de fotos del Memorial y las que están citadas son postales, los dibujos míos, inspirados en las mismas fotos.
Seguiré en el próximo post con un par de bellezas arquitecturales de los años '60... Stay Tunned once again!


It's as if we lived in the same neighborhood and suddenly one day they  put a barbed wire and then a wall, you stay in one side and I in the other across," told me Cecilia as we watched the wall from above, and we thought about the number of families and friends who were separated in this way.

Sunday was sunny, very, and we headed to the East. We were searching a flea market which is actually Arkonaplatz near Mauerpark that my friend Alex had indicated that was more "authentic".
But along the way we found pieces of wall, and photos on the sides of the buildings on  the corner of Wolliner and Bernauer streets. The photos were stunning.




I had never thought abot this story in this way. As a historian, the default of the metier is always get a little deeper into the stories of the people (or that's what I've always liked and so my contact with anthropology too, - forgotten? Hm ... not sure yet -) and these photos was in a giant size, great snapshots of the 60s, specifically the summer of 1961 when the wall appeared and shocked everyone.
The photos and a series of commemorative panels showed stories of families who lived on that street, and move, and there was more. The piles of houses destroyed to build the wall. More pictures, including underground escapes during the construction period when surveillance was much harder. Women of all ages, children and babies, makeshift harness hanging by passing through a tunnel to the other side.




The journey is long and will explain how on the Bernauerstrasse and other streets close to the wall, intensified leaks and demonstrations against the wall on the west side. Many families in the East (over 2 million) had decided to go to the other side when the GDR government gave notice and choice before the erection of the wall. The outputs of scary Soviet bloc increasing control over the population. The wall appeared from one day to the other and no one knew of such a project (it seems that no even the CIA). Such an idea, delusional and incoherent, surrrealistic yet brought a few tragedies, including the deaths of several who rushed to the other side as the first who attempted to cross the barbed network. The stories are counting on large panels and little by little you feel the absurdity and misery as parts of the same thing.



It is true that in Germany the most striking are the remnants of terror left by the Holocaust, nothing can fight with that, so very hideous images.
But without wanting to compare horrors of history, the adventure of the Berlin Wall and the indignation conveys consternation if we think of the idea of ​​a wall within a single city and divided by different political adventures.

In the morning when we prepared the journey, I told Ellen, the hostess where Cecilia lives in Berlin, we were going to the East. I asked how it had been for her if she could go at that time, if she had friends on the other side. Ellen told me that every time a West Berliner wanted to pass to GDR side, they had to ask for a visa. Sometimes you grant it, sometimes not. You should change money (as another country) and spend it all on the East side because you could not take it with you to the West. Ellen had friends who would visit sometimes. He told me that not only were divided families, which is an stronger image in the Memorial pictures exposed, but also had hundreds of love stories, trying to move from one side or to the other.




I remembered a book I read many years ago by G. García Márquez called "Trip to the Eastern countries." The famous Iron Curtain was described as a simple signal. The image that Garcia Marquez showed was the absurdity of dailylife situations with contrast on the grandiloquent  admiration that some of the Left sympathisants had about  left (i mean a general latin american left wing)the Soviet model.



Ellen then told me that she had traveled with a Brazilian writer friend, who would do some lectures in Warsaw and they made the trip together by car and train. On the border of the Wall in the Easter side, the writer (who was from the Northeastern Brazil where people generally have a darker skin color) was mistaken for a Turk citizen, and they thought he was a spy, he was arrested at the border and Ellen had to deal for more than a day with the embassy to get him out. They managed to reach Warsaw, where the reception was great (students of Portuguese language and literature in Poland, I never would have thought) while the local teacher who played host could barely stand while he was leaning on a large clock carrying an alcoholic dizziness ...

These stories are funny in a way and Kafkian in other, but seeing the family photos and reading their stories of how a couple can not see his parents for their wedding (because the east side do not let them go), or as later showed their babies to relatives who had been on the other side, over the wall, is kinf of ridiculous, sad and horrendous as I just can imagine.





The Memorial continues and much of what was raised stilts wall in a straight line where you can see on one side and the other, leaving aside a stretch as it was, which can be seen from a viewpoint. The idea of ​​the gazebo, is something of the "culture" of the wall, several stood in different parts of the city so that people could peep to family or friends or just "see" what layed beyond. I had seen a photo of one in Potsdamer Platz also.



The photo of Conrad Schuman is staggering. I had not seen it in this size, and it really moved me. THe young soldier jumping, few days after they starting the construction of the wall, seems to have been spontaneous, according to his own chronicle. "My nerves were at breaking point, I remembered. I was very afraid. I took off, jumped, and into the car ... in three, four seconds it was all over. "

The photo was immortalized by a photographer who was on the West side. Many years after the Wall fell priate, Conrad Schuman returned to his village and was rejected by relatives and friends, treated as a traitor. In 1998, after a family dispute he was found hanging from a tree, without a goodbye letter.






The stories of the people can tell you more than thousands of data, we already know that, but it's surprising that THis History has not yet been fully exploited in German history,  leaving an oral history material gradually end. And if there are some research studies, where are the translators? That's one of the problems with the academic world, to keep enclosed from the rest of the world and the "common" people.... (shame on you!) The more I got as a tip was the writer Ingo Schultz recommended by Ellen , a writer who recreates those Kafkian years.

There are several movies I saw on this subject and that it had moved me quite like The Lives of Others. But being in Berlin seeing these pictures is like being transported and destroys me a bit. I feel very touched. I think of my son, and I pray will not suffer any war or any more humans rave shit like these.



The soldiers of the wall or building Wall had orders to shoot anyone who would like to pass the limit. Many people died and also children. When the Wall came down some of these soldiers confessed to shooting (as the case of Peter Fechter, who first tried to cross with another friend, both 19 years and one passed and the other grabbed a bullet ... the photos are actually shocking) and they were sentenced in freedom.
Many of the people living in the East after the Wall fell decided to live on this side, many say that was a fear to change ... However, these neighborhoods are gradually gentrifying as Prenslauerberg but there are still small details: buildings made in series, Karl Marx Avenue, and the area near Alexanderplatz, where tall buildings reminded me of the episode of the Petite Taupe (The Mole) in " In the city ", which surely was an standard Eastern city. (More about the Petite Taupe  or The Mole, or in German Der Kleiner Mulfwurf in future post).



We got to the S-Bahn station Nordbahnhof that have been a ghost station during those years. Apparently GDR soldiers were guarding the platform as the train passes the other side (they shared the same tunnels) because many people had managed to get in the cars and escape.
At the end of the tour we entered the store at Memorial, which has a research center. There I discovered a story that is about a pair of parents who tell the Wall story to their children. They told me it's been translated only into French by now. I'll definately look for it.



This visit is one of the things that moved more me in Berlin. I think if I come again I'd try to further explore this side of town and I'd love to hear more stories of people in those years. I would really love though I know it must be something still rare, painful and difficult to work.
Here is the link to a note of the Independent journal that I found and that I really liked when Schumann died. Here 

More about the East in the next post. Stay Tunned once again!
Pictures are mine form the Memorial photos exposed, also posctards some with credits and the drawings are mine, inspired by the same picts.

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